jueves, diciembre 07, 2006

Romeo Romance

Las luces fosforescentes se filtraban entre el humo de cigarro y la sensual neblina nocturna.


-Momento... ¿Qué edad tienes?-

-14-

-Entonces quítate; ¡El que sigue!-

-¡No no! ¿Por qué?-

-¿Por qué crees? Sólo mayores de edad, ahora quítate-

-Pero... *tengo identificación falsa* ...-

-Ya lárgate, hubieras pensado en eso antes-


Fue empujada fuera de la línea.

Orgullosa, le lanzó una mirada amenazante y siguió caminando. Tenían que dejarla entrar en algún lugar. Sexo, cuerpos, miradas, seducción. La emoción de un club nocturno. Tenían que dejarla entrar en algún lugar.


-Hey ¿Cuánto?-


Chaqueta de piel marrón, sin camisa debajo. Abdomen trabajado. Cabello largo. Anteojos. Bandana. Botas obreras. Pantalón entubado. Despedía un aroma bastante peculiar, una mezcla entre whiskey y crack.


-¿Qué?-

-Es broma. Te ves muy solita.-

-No es tu asunto.-

-¿Por qué tan ruda?, Hey ¿Qué tal si te hago compañía?-

-Ya déjame en paz.-


Molesta, apresuró el paso.


-¡Hey hey! ¿A dónde? ¿Me vas a ignorar así nada más?-

-¡Ya déjame!-

-¡Calmada! Eres muy bonita, yo sólo quiero conocerte.-

-No me importa, vete-


La toma de un brazo


-¡Suéltame! ¡Suéltame o grito!-

-Ya estás gritando, muñeca. Cálmate y déjame hablar-

-¡Auxilio!-

-¡Cht! Escúchame...-

-¡Auxilio!-

-Si me sigues...-

-¡Auxilio!-

-Puedo hacer que te dejen entrar a un club-

-...-

-Pero sólo si vienes conmigo-


Su aliento le molestaba. Pero iba a poder entrar. Difícil decisión.


-¿Qué dices muñeca?-


Caricias en el brazo. No era feo... pero sí desagradable. Y sin embargo podía ser su única oportunidad... ¿Todavía quería entrar?


-Ok... voy contigo-

-Eso es todo-


Música ensordecedora. Luces. Cuerpos. Contacto. Sudor. Alcohol y tabaco. La emoción comenzó a moverse en su pecho y estómago. Una sonrisa se le dibujó en el rostro. Miró a su acompañante. Él le guiñó un ojo y la tomó de la mano.


-Me dicen Rober, ¿cómo te llamas, muñeca?-

-Arely...-

-Precioso-


No prestaba atención, estaba muy ocupada mirando la pista y a la gente bailando.


-¿Bailamos?-


Dijo entusiasmada.


-Calma Arely, muñeca. Vamos a tomar algo antes para entrar en ambiente.-

-No, no, se van a dar cuenta... vamos a bailar mejor-

-Vienes conmigo... Tranquila. ¿Qué tomas? ¿Una cubita?-

-¿En serio? No, quiero tequila con Squirt-

-Ya estás primor.-


Los vasos se vaciaron. Los alientos se calentaron. La pista de baile se sacudió.


Las miradas abrazaban los cuerpos en movimiento. Las caricias. Los sintetizadores marcaban el latir de los corazones en éxtasis. Rostro con rostro. Vista al frente. Los labios se conocieron en un beso muy sutil. Jadeos de pasión.


-¿Qué edad tienes muñeca?-

-14-

-La edad perfecta-

-¿Y tú?...-

-Yo tengo 28... 14 años más que tú. Creo que es una señal-


La perversión.

Intercambiaron un apasionado beso. Mano en el seno. Los labios en el cuello.

Piel tersa. Mirada inocente. Labios tiernos. Gemidos delicados.

Ella lo besó de nuevo.

Se fueron a sentar. Ella no podía quitarle las manos de encima.


-Calmada muñeca, calmada-


Jadeos.


-Allá atrás está la zona VIP, acompáñame chiquita-


Entraron a un salón con aroma a marihuana y sexo.


-No tienes vergüenza Rober...-

-Cállate, jamás te he dicho nada sobre tu relación con tu hermana ¿o sí?-

-...-


Dentro del salón había cubículos de 6 por 6, cortinas azul aterciopelado, una cama y una pipa de agua.

La música era, aunque algo opaca, perfectamente audible.

Bailaron un poco y se calentaron los ánimos de nuevo.


-Eres preciosa muñeca-


La ropa cayó al suelo. Ambos cuerpos se conocieron. Sudor. Deseo.

Arely se empezó a poner nerviosa.


-Oye... espera...-

-¿Cuál es el problema muñeca? ¿no te gusto?-

-No es eso... es...-

-Tú tranquila, no va a pasar nada que no quieras-


La mentira.

Las manos se aventuraron. Sus lenguas juguetearon. Labios. Mejilla. Cuello. Senos. Vientre. Sexo. Gestos. Labios de nuevo. El roce de la piel. Ella se negó. Pero fue muy tarde.

Los gemidos de niña. Embestidas lujuriosas. Sus lenguas se trenzaron. El ritmo se aceleró. Saliva. Sangre. Sudor. Semen.


El mundo gira. Y gira. Y gira.


El sol. Las lágrimas. El dolor.

En un lote baldío, desnuda y pegajosa. Su ropa en una bolsa junto a ella. Con resaca. Sangre en su entrepierna.

Sin saber qué pasó se cubrió el cuerpo y respiró profundo. No dejaba de llorar.

Se arrepintió. El eco la atormentaba.


“Muñeca” “Muñeca” “Muñeca”


Mamá la llamó a desayunar. Pero ella no la escuchó.