martes, febrero 28, 2006

Terror de las sombras

Guantes blancos, listos. ¿El bombín?. Te arreglas las mangas del saco y enderezas el chaleco... ¡Casi! El cinturón... esta chueco... ¡Listo! ¿Perfume?... ¿El instrumento? ¿Lo revisaste de nuevo?... Zapatos... bastón... Mírate al espejo... ¡Qué bello eres! ¿Sospecharan? No. Eres un “dandy” como cualquier otro.
Se te hace tarde... y entre más tarde mejor. Sal de casa, anda, pues lo necesitas. No piensas en nada más. En nada. En nada. Babeas de sólo pensar en ello. Hace mucho que no... ¿Días?... no... horas... eres un adicto. Mañana en la mañana se oirán gritos de terror de nuevo, lagrimas si tienes suerte, todo es un espectáculo de deleite... ¿Cierto?... ¿Cierto?
La luna brilla. Caminas. Resuenan tus pasos segundos antes de ser dados... la excitación te recorre el cuerpo... mira... la niebla recorre el parque, la madrugada llegó. ¿Qué es eso? ¿Es ella? No. Es su sombra. Adelante... es tuya.
La mujer camina despreocupada... no sabe que está por... que... su vida arrebatarás. Te mentalizas. Caminas. Te aproximas. La sientes. Te oye. Paso. A paso. Te acercas. Más. Y más. Y más. Ya percibes el aroma de su perfume. ¿Percibe el tuyo? Tomas el cuchillo. De entre la niebla apareces como fantasma detrás de ella. La sangre comienza a brotar mientras hundes el cuchillo en su garganta. Tibia. En borbotones. Te mancha. Y lo gozas. Sientes el cuchillo tajando la piel. Éxtasis. El grito ahogado. Sus uñas en tu rostro. Te arañan. Y te gusta. Sus ojos se apagan. Intenta pelear. Pero no puede. Dos puñaladas mas en los hombros. Separas el cuchillo. El cuerpo cae. Duró apenas unos segundos, pero fueron horas de deleite para tu obseso razonar. ¿Hueles la sangre?
Goteas mientras caminas, pero las gotas de sangre que recorren tu piel y ropa son como sensuales caricias. Tu ansiedad fue curada una vez mas a costa de una vida inocente. Como pasa cada vez que cae la niebla. Terror de las sombras ¿Estas contento? Si, si lo estas. Y ¿Estarás ahí cierto? Cuando encuentren el cuerpo... quieres... no. Anhelas oír los gritos desesperados de aquellos que la amaban, aquellos que sufren en vida por su ausencia, porque se las arrebataste. Sufrimiento. Es el mundo tu macabro teatro privado. Es tu teatro del horror. Mañana alguien más. Mañana alguien más no tendrá tiempo ni de gritar. Esperando entre sombras, esperando abrirte tu camino a la libertad, escondida bajo la piel y sangre de tu victima.
Pero... Lloras frente al espejo... ¿Qué pasa?

martes, febrero 21, 2006

La inmortalidad del Cangrejo

Había una vez, un cangrejo que caminaba por las extensas dunas de una playa hasta ahora jamás tocada por el ser humano. Una gaviota que volaba por el área, advirtió la presencia del crustáceo y bajo a su encuentro. Se paró frente a él con ojos voraces y le habló. El cangrejo, que poco entendía lo que la truculenta criatura le decía, se hartó rápidamente de esperar el fin del discurso e intentó ignorarle para seguir con su camino. Pero al intentar pasar de lado al avechucho, este le asestó con un fuerte picotazo en el centro de la dura concha que le protegía. Al sentir el impacto, el cangrejo retrocedió con gran velocidad y miró temeroso a su agresor, que seguía parloteando sin descanso. El discurso, largo, rebuscado e interminable, no parecía tener intención alguna. Simplemente frases incoherentes desfilaban una tras la anterior, golpeando al crustáceo, aturdiéndolo.
Sin poder pensar, el cangrejo intentó atrapar a la gaviota con una de sus filosas tenazas, pero la gaviota de un ligero aletazo, se alejo a una distancia segura de las agresiones de la victima de su cháchara, y continuo con su incomprensible plática. El aturdido animalejo, intentó otra vez y otra vez, fallando en cada uno de sus intentos. Y después de un rato de necedad por parte de la gaviota, la furia se poseyó del cangrejo. Intentó de nuevo pasarla por un lado, y como era de esperarse, el picotazo se dejo sentir. El cangrejo con rapidez, tomó al ave por un ala y la rompió al instante. Con mucha fuerza, derribó al ave, que en agónica desesperación continuaba, ahora gritando, el discurso que había empezado unos minutos antes. La segunda tenaza ahora tomo el pico y lo descuartizo, dejando salir la sangre a borbotones, exponiendo la fina y delgada lengua de la gaviota, que sangrando, se sacudía como intentando enunciar frases que ahora sonaban como gorgoteos. Tomando la segunda ala, el cangrejo, en su oleada de ira, no dudó ni un momento y la cortó, dejando ambas partes del miembro unidas por un fino cartílago. Pero la gaviota seguía balbuceando. Tomándola por el cuello con su brazo mas poderoso, abrió y cerro su tenaza con fuerza, destrozando músculos y vértebras, hasta que la mutilada cabeza por fin se desprendió. El cuerpo de la gaviota se sacudió en espasmos hasta que su agonía terminó.
El cangrejo continuó con su camino, pero después de algunos pasos, miró el cadáver que había dejado atrás y entendió. La gaviota en su sabia búsqueda de la verdad y saber a través del tiempo, se acerco al cangrejo para brindarle su amistad, ya que su interminable viaje le había llenado de soledad y tristeza. Este sufrir inmenso le obligó a acercarse al cangrejo,al cual le tenia un pavor increíble, en busca de amor, y que, si su aprendizaje no le engañaba, era inmortal y que por conclusión propia dedujo, era la más sabia criatura de la creación. Y para demostrar que no era un animal imbécil como lo es el hombre, la gaviota comenzó a recitar casi todas las verdades absolutas y las respuestas a toda duda existencial que pueda caber en el universo, las cuales le habían sido reveladas durante su travesía de conocimiento. Y sin embargo, sin tentarse su frío corazón, el cangrejo le había destazado con furia; y no porque el discurso del ave fuese una vil falacia, ya que el estúpido crustáceo no tenia ni idea de que hablaba el sabio animal, sino porque el mensaje era tan poderoso, que el subconsciente del cangrejo, temeroso de salir de su calmada ignorancia y de que el hambre por conocer despertase de su impávido sueño, en su confusión y locura le obligo a cometer el homicidio.
El crustáceo en este punto de su tosco razonar, se dio cuenta que caminaba en la dirección equivocada y, olvidándose por completo de lo que acababa de suceder, corrigió su rumbo. Siguió así, por el resto de su eterna vida, caminando sin saber a donde, ya que es cierto que los cangrejos son inmortales y sin embargo, muy estúpidos.

lunes, febrero 13, 2006

De amor y despecho

Se aglomeran las palabras en mi boca
Mientas intento expresar lo que mi alma
En su incasable búsqueda de calma,
Emite para encontrar la razón.
Y no importa si esto los incomoda
Pues nada fue escrito para ustedes,
Son para aquella, que con sus redes,
Atrapó un día mi corazón.

Y aunque palabras me falten o sobren
Es mi anhelo expresar lo que siento,
Pero al papel se lo lleva el viento
Y a las palabras el tiempo las deshace,
Así que no me queda otra salida,
Que la de escribirte un poema triste
Esperando, si es que lo leíste,
Que este nudo, por fin se desenlace.

Y no se si te amo o te abomino
Si te aún deseo o te maldigo,
Pues tus sabias palabras ahora sigo
Y es que si no río, entonces lloro,
Dime por favor, si continuo
No se si permanecer luchando,
Temo estarte lastimando,
Respóndeme, te lo imploro

Y me confundes,
Quizá me engañas,
O son patrañas
Para evitar
Que siga estando
Enamorado
E ilusionado
Con regresar.

Aunque si acaso
No me engañaras
Y necesitaras
Sólo pensar,
¿Significa eso
que mis intentos
pueden ser cuentos
de feliz terminar?

Dime lo que en realidad sientes,
Dime si en verdad terminó
Pues mi amor sigue latente,
¿Acaso el tuyo ya no?

domingo, febrero 12, 2006

Quenapeirofobia (o “Le temo a las papas”)

Quenapeirofobia
(o “Le temo a las papas”)

Has perdido toda satisfacción
Encadenado te quemas en tu propia hoguera.
¿Lo has sentido?
Eres el reo de tu propia prisión
Observas entre barras el mundo de afuera.
¿Lo has sentido?

Eres capaz de sobrellevar la tristeza,
Pero no es tristeza lo que sientes
¿Será el enojo en brotes estridentes?
¿O es tu mente devorada con destreza?

Es la demencia tu laberinto,
Donde das vueltas y vueltas
Por siempre atrapado.
Comprendes entre lagrimas
Que es esa tu realidad.
Y lloras, y gritas, y te exasperas.
Pues lentamente te posesiona la soledad.
Ves que las paredes te embovedan,
Y solo suspiras impotente
Te gana la ansiedad.

Perdiste el juego,
El juego de monotonía,
Y en castigo, observaras
Como todo lo que tienes,
Todo lo que eras,
Nunca más lo serás.

Y el miedo te atrapa, lo habrás de aceptar
Pues será vacío, como te habrás de quedar.
¿Podrás soportar?

Temor al vacío infinito, es lo que a tu mente aqueja
Lentamente te corroe, hasta que pierdes la cabeza.
Le temes al vacío, al vacío infinito,
Pues de este juego cósmico
Tú eres el gambito.

Desorientado y buscando el calor,
Descubres así que tu celda está fría.
¿O es esta, de tú alma una analogía?
¿Fuiste despojado también del dolor?

Ya nada sabe, ya nada sientes
No existe dulce, ni tampoco salado,
Letárgica es tu existencia.
Y ahora insípido, eres liberado
A un mundo sin resplandor,
Pues mientras encerrado esperabas
En esa cárcel de oscuras visiones,
La cordura cambió de acepción.
Bienvenido a esta, la ultima estación
Del tren de tus sensaciones.

Te has dado cuenta
Que no eres fuerte,
Y que la relidad
No es lo que sientes.
Existe una única verdad:
Hoy ya no hay vuelta atrás.

Y el miedo te atrapa, lo habrás de aceptar
Pues será vacío, como habrás de quedar.
¿Podrás soportar?

Temor al vacío infinito, es lo que a tu mente aqueja
Lentamente te corroe, hasta que pierdes la cabeza.
Le temes al vacío, al vacío infinito,
Pues de este juego cósmico
Tu eres el gambito.

Temor al vacío infinito, es lo que a tu mente aqueja
Lentamente te corroe, hasta que pierdes la cabeza.
Temor al vacío infinito, buscas escapar de él,
Lentamente te corroe, te carcome la piel...
Le temes al vacío, al vacío infinito,
Pues de este juego cósmico
Tu eres el gambito.

Le temes al vacío, al vacío infinito,
Pues de este juego cósmico
Tu eres el gambito.