lunes, enero 30, 2006

La huida

Tus pies se despegaron del suelo y tu espalda se arqueo mientras frenéticamente ondeabas los brazos. Tus pies corrían como si intentaran encontrar suelo. No respirabas. Mantenías la mirada fija en el tejado próximo que todavía se encontraba a unos 4 metros de distancia. A 3 metros. A 2 metros. A 1 metro... Tu pie derecho toco primero el suelo, seguido de tu hombro izquierdo... rodaste e intentaste pararte después de la primera vuelta. Te pusiste de pie, pero la fuerza con la que te movías te ganó. Caíste de bruces al suelo. Y te dolió mucho.
Intentaste furiosamente levantarte. Pusiste tu mano en el suelo y te empujaste hacia delante. Tu pie izquierdo se apoyo y empujo el resto de tu cuerpo. Te levantaste y comenzaste la huida de nuevo. A tu izquierda había una escalera de emergencias. Corriste hacia ella. Bajabas los escalones de 2 en 2. Perdiste el equilibrio y casi caes, pero seguiste descendiendo graciosa y totalmente fuera de balance...
¡De pronto! ¡Se comenzaron a oír disparos!. ¡Te invadió el pánico y entraste por una ventana al edificio! No había nadie. Dentro, junto a ti, había una mesita de noche, enfrente tuyo, había una cama sin tender, del otro lado de esta, había un armario que parecía estar cerrado con llave. Al lado izquierdo del armario estaba la puerta para salir de la habitación. Corriste hacia ella y saliste. Ahora había un corredor que se extendía unos 5 metros hacia enfrente y 10 a tu derecha. Corriste hacia delante y llegaste a la sala de estar. Ahí a tu derecha había 2 sillones grandes y blancos, con manchitas rojas simulando flores, y un sillón individual con el mismo diseño. En medio de estos, había una mesita de madera con el centro de cristal. En la mesita había varios platitos con popurrí. Mas adelante había unas sillas junto a una ventana, y pegado a la pared estaba un enorme librero. Los dueños del lugar tenían varias colecciones de enciclopedias, pero al parecer faltaban algunos números de ciertas series pues había espacios vacíos que se notaban bastante. En la pared que se encontraba perpendicular al librero estaba una puerta, y mas próximo a ti, unos cuadros que parecían haber sido hechos por alguien que apenas aprendía a pintar. Abriste la puerta y encontraste la escalera para salir del edificio. La bajaste lo mas rápido que pudiste. Chocaste con la puerta y esta se abrió. Saliste.
La calle estaba llena de personas. Después de meditarlo unos segundos corriste de nuevo. Frente tuyo una señora de unos 50 años con una blusa negra y una falda roja, te moviste a la izquierda y la rebasaste, pasando cerca de un muchacho de unos 23 años de edad, con el pelo decolorado, lentes oscuros de tono rojizo y audífonos, su playera era rojiza decolorada, traía pantalón corto y sandalias. Era bastante alto. Giraste para no golpearlo, y topaste con una muchachita de unos 18 años, ella portaba una blusa café muy bonita y un saco verde, su cabello era negro y largo, sus pantalones de mezclilla estaban deshilachados de la base. Cruzaste y sin detenerte, diste una vuelta y te disculpaste. Te moviste hacia la izquierda para evitar a un hombre realmente obeso con una playera de alguna marca de shampoo y pantalones holgados, a tu derecha había una ancianita de cabello casi blanco y con un vestido que se veia muy viejo, diste un paso hacia delante y luego uno a la izquierda, pues venía una joven mujer hablando por teléfono, vestida muy elegantemente y con su rubio cabello recogido en una dona., caminando a toda prisa. Diste otro paso a la izquierda y corriste unos 2 metros empujando a una señora con cara amargada y “pants” grises, y a un joven con una playera negra y cinturón de estoperoles. Cruzaste en diagonal entre dos hombres de negocios que caminaban en tu dirección y lo que parecía una excursión escolar. No sabias ya si te seguían aún. Llegaste a la esquina y diste vuelta, después de unos metros encontraste un hotel. La fachada era muy grande, en la puerta se encontraba un auto azul muy brillante, parecía costoso. Un valet se dirigía a estacionar el vehículo. Detrás de él, se cerraba la puerta automática de cristal, a los lados de esta, en forma de herradura, unas jardineras llenas de plantas verdes y frondosas. Corriste a la entrada. La recepción era espaciosa y estaba muy iluminada, con una de las recepcionistas discutía una joven menudita, de cabello largo y negro. Tenia una bufanda y un suéter azules, que ambos parecían muy suaves y pantalones negros. En la pared, una barra dorada y arriba de esta, relojes con distintas horas mundiales. Dos pilares delimitaban este espacio. A la izquierda, se encontraban unos asientos para esperar, y mas allá, el restaurante. A la derecha, mas asientos, y 2 puertas cromadas de elevadores. Tomaste el de la derecha. Presionaste el piso 9. En el piso 5 se subió un hombre de intendencia. No era muy alto, tenia los hombros muy anchos, en uno de sus brazos tenia una pulsera realmente grande y con un diseño a cuadros, traía pantalones de mezclilla y de uno de sus bolsillos salía un listón. Su cabello era castaño muy claro y realmente largo. El ascensor tenia un tapete con un diseño azul de flor de liz. Atrás tuyo había un barandal y un espejo. Llegó el piso 9. Había unos asientos acolchonados frente a la salida. Estos estaban decorados con rayas negras y grises. Diste vuelta a la derecha, y entraste en la tercera habitación que viste. Ya había sido arreglada. Entrando a la izquierda estaba el lavabo, y frente a él, el escusado y regadera. Frente a ti, un mueble con la televisión, y frente a ella una cama matrimonial. Arriba de la cabecera, una lucecita de noche. A unos 3 metros pasando la cama, había una cortina azul y frente a ella un escritorio. Apenas te sentaste en la cama, sonó el teléfono que se encontraba en el escritorio. Contestaste. ¿Qué te dijeron?...
Saliste despavorido. Tomaste las escaleras hasta la azotea. Alguien te seguía. Saliste al tejado. Miraste a tu alrededor. El día estaba despejado. Corriste hacia la derecha, pero te arrepentiste después de unos pasos... miraste a tu izquierda... y decidiste tomar la oportunidad...
Aceleraste más y más, y cuando llegaste a la orilla del edificio, tus pies se despegaron del suelo y tu espalda se arqueo mientras frenéticamente ondeabas los brazos. Tus pies corrían como si intentaran encontrar suelo. No respirabas. Mantenías la mirada fija en el tejado próximo que todavía se encontraba a unos 4 metros de distancia. A 3 metros. A 2 metros. A 1 metro...

jueves, enero 26, 2006

Plenitud

El aire se sentía más puro que nunca. La brisa soplaba suavemente acariciando su cabello. Él abrió su abrigo y dejó sentir el helado viento en su torso. Sintió escalofríos. Una sonrisa se dibujó en su rostro. Levantando la mirada, cerró los ojos y tomó una enorme bocanada de pureza hasta que sus pulmones dolieron. La contuvo unos instantes y luego exhaló calmadamente. Todo era como debía ser. A sus pies, la montaña que hacia algunos minutos había conquistado. Sobre él, la inmensidad de un cielo claro y brillante. En el horizonte, la luz del alba se colaba entre las nubes y la neblina. No había ningún sonido que no fuera el esfuerzo de su aliento y el latir de su corazón. Era el verdadero y único dueño del mundo y nadie podía negárselo. El orgullo lo invadió en una oleada cálida que salía desde el estomago y se expandía al resto de su cuerpo. No había más. No había pasado, no había futuro. No estaba él, no estaba la montaña, ni el cielo. Sólo estaba ese momento. Ese instante. Para siempre.

martes, enero 24, 2006

El Soñador

Sueña con glorias, Alonso Quijana, sueña con aquel día en el que vencerás sobre el enemigo con el cual posees una sólida amistad, y por fin, con poderosa espada derrotarás a tus tiranos y monstruos, tus dragones y tus gigantes.
Sueña y engáñate, lucha por aquello que imaginaste, sufre por lo que alegra, espera lo que no llegará. Sueña que eres noble jóven caballero siendo no más que un anciano decrépito, sueña con el bien y la justicia que tu mismo inventaste, añora un tiempo ficticio y recrea batallas imaginarias, pues fuiste hecho para la aventura que no lo es.
Sueña con socorrer a una Princesa que se encuentra a salvo. Sueña con proteger a quien no esta en peligro. Siente el amor profundo que nadie te brinda, disfruta de la compañía que nunca tuviste. Finge que Dulcinea del Toboso te acompaña y te inspira un valor que no posees; y que le importas a quien no sabe que existes .
Sueña, Alonso Quijana, sueña con gigantes, sueña con doncellas, sueña con aventuras, sueña con valor, sueña con alegría; pues sólo en sueños de un loco, la felicidad no es una mentira y lo que deseas se hace realidad.

domingo, enero 22, 2006

El Poema del Héroe Olvidado (2)

2

Serván emprende el viaje con su caballo Bucan --- Reflexiona su decisión --- Acampa en el bosque--- Serván conoce a un fugitivo el cual le se presenta --- deciden ir juntos hacia Castiella.



De trabajo su caballo era --- Para cargar mercancía,
A Serván no importó esto sin embargo --- pues con Bucan emprendió su travesía.
Lejos Castiella se encontraba --- Pero la decisión tomada ya había sido,
La gente en Sant Estevan lo odiaba --- Buena reputación no se había conseguido,
Regresar una tarea imposible --- linchado seria de sólo aproximarse
Ya que el robar no era el descaro --- a vender el botín Serván se atrevía.
Muchas veces fue pillado --- casi podíais ver el cuerpo quemarse,
Pero fue su vida perdonada --- Por el Santísimo y su sabiduría.

“Nueva vida me espera” --- Dijo el pillo con optimismo,
“Castiella famosa es --- Rica meseta española
Aunque largo es mi trayecto --- Peligros, saqueos y barbarismo,
Se cuenta eso de los moros --- Podría mi cabeza terminar en charola.”
“Allá en Castiella tierra de reyes --- jamás me culparan a mi,
Un vil ladrón avaricioso --- no es para ellos más que baladí.”
“Pero ¿Qué tal si robar es imposible? --- ¿Entonces vivir también lo será?
Robar es lo que hago yo --- Y no se hacer nada más.
¿Cambiar de profesión? --- ¡Nunca! Algo que hacer habrá”
Pero entonces Serván no estaba solo --- Alguien seguía por detrás.
“Si bien es el ser ladrón --- una profesión sin honor,
Honor no busco --- ni justicia, ni amor,
Muchas riquezas --- el mía alma anhela,
Serán mías no importa el modo --- no importa que duela.”
Bajo su poblada barba --- Serván esbozó sonrisa,
Sucio de mente y pobre de alma --- cegado de codicia estaba,
Pero la noche pronto se mostró --- Se dejó sentir la fría brisa.
A descansar Serván se detuvo --- para acampar un lugar buscaba.
Y ya armado el campamento --- se dejó oír una macabra risa:

“Ja-ja-ja ¿Qué hacéis aquí forastero? --- ¿Estáis acaso viajando por placer?
¿No os molesta que me siente un rato? --- Soy solo un vagabundo, sin nada por hacer.”
“Poneros cómodo y no os preocupéis” --- Contesto Serván en amable tono,
“Serván de Sant Estevan soy --- Decidme vuestro nombre, extraño”
“Alvar Muñoz a vuestro servicio” --- Dijo acostado en sentido prono.
“¿A dónde os dirigís Don Serván? --- ¿a dónde vais en esta época del año?
Yo Alvar Muñoz de mi pasado escapo --- En Valencia un hombre maté,
En adulterio con su esposa me atrapó --- y después de asesinarlo, yo me escapé.
3 años de vagancia llevo --- 3 años sin hogar,
Conozco muy bien estas tierras --- Si lo deseáis yo os puedo guiar”

Simpático Alvar era --- habilidad con la legua tenia
A contar su historia comenzó --- Serván interesado parecía.
“Como os dije antes --- adulterio fue el crimen que cometí,
Pero no importa porqué --- sino con quien, a acostarme me atreví.
Noble caballero era Don Dídago --- Leal, valiente y amoroso,
Fiel sirviente de su señor --- apasionado amante de su esposa
Pero lejos siempre estaba --- en batalla siempre valeroso
Su mujer sola y triste --- lo esperaba siempre con faz llorosa.
Mejor amigo de Don Dídago yo era --- Noble caballero y persona de confianza,
Pero yo como soldado no ejercía --- en ser patrullero mi trabajo constaba.
Patrullando en la noche --- Tristes sollozos hasta donde el oído alcanza,
Crecí con ella al igual que con Dídago... --- dormir su sufrimiento no me dejaba.
Fuera de su ventana me paraba --- y con ella hablaba al anochecer,
Pero la charla me llevo a su cama --- Y su cama, al placer.
Pero de mi mejor amigo mujer era --- mi conciencia sucia estaba
¿Qué haría Don Dídago si descubría --- Que con su mujer yo me acostaba?
La respuesta mucho no esperé --- pues sola esta se contestó
Don Dídago de pierna fue herido --- Y a su casa regresar debió.
Roto su corazón estaba --- En cama con su mujer me vió.
Ira en ojos de mi amigo --- con furia su espada asestó,
Victima su mujer del ataque --- ciega de ira erró su espada ,
Culpó a mi persona en medio de su locura --- de su gran estupidez
“Amigo, vuestra esposa estaba triste --- y eso, solo vuestra culpa es,
No culpéis otros de vuestro error --- Pues yo no he de arrepentirme de nada.”
Lagrimas Dídago derramó --- sentía dolor de su corazón partido
“¿No has de arrepentiros de lo que vi? --- actuad cual hombre por favor,
Al hogar de pierna herido llego --- Y a la mía mujer veo contigo,
Ahora ella se muerta esta --- y vos seréis victima de mi rencor.”
Potentes sablazos hacia mi dirigía --- los cuales con dificultad esquivé,
En blanco quedó mi pensar --- y matarlo entonces decidí.
Por suerte una daga conmigo traía --- la cual en su corazón clavé,
Mi mente no reaccionaba --- sentía sólo pánico y frenesí.
Desde entonces sin rumbo yo vago --- estas tierras conozco bien,
Incluso moros he matado --- no diez ni cincuenta, sino cien.”
Serván boquiabierto estaba --- Pues el relato le había fascinado,
E invito a l vagabundo a la travesía --- el cual se mostró muy animado.
“Mi profesión es la delincuencia --- El robo mi trabajo es,
Y si tenéis algún problema, largaos --- pues usted aun conserva los pies”
Dijo esto don Serván --- desafiando al forastero
“No os preocupéis Serván --- No soy animal rastrero,
A salvo conmigo os encontráis --- vos siempre seguro estaréis,
Pues antes que vago, caballero soy --- Y en mi nuevo señor, os convertiréis.”

Y fue así como Serván, ladrón de Sant Estevan,--- De un aliado se hizo,
Pero la empresa no terminaba aun --- A Castiella faltaba llegar,
Sin embargo, reducido el peligro fue --- por aquel noble de bautizo,
¡Iban cabalgando a su destino, --- Don Serván y Don Alvar!

sábado, enero 21, 2006

El Poema del Héroe Olvidado

Cantar Primero

1

UN LADRÓN Y UN CABALLERO

El juglar anuncia su poema.--- La gente se reúne para oír la historia. ---Comienza el Cantar --- Serván el ladrón se encamina hacia Castilla.


Acercaros gente a oír un gran relato, --- Pues es esta una historia sin igual,
Estoy por comenzar mi canto --- os contare la historia de un criminal.
Era hombre desdichado --- Don Serván el ladrón.
En el pueblo de Sant Estevan --- habitaba con aflicción,
Pues aunque desde imberbe --- Robar era su aptitud
Tan pequeño Sant Estevan era --- que saquear no alcanzaba para vivir.
“A Castiella he de ir --- a practicar ahí la ilicitud,
Deseos del Santísimo Creador --- el que yo acuda a delinquir”.
¡Oh! Ingenuo seréis Serván el ladrón --- Extraña aventura os espera,
Pero lo que mas os asombrará --- es que esta aventura es verdadera.

PARTE II

... Y entonces el Cacas se murió.

"Ah chinga, 'perate... Si apenas iban a Santiago de no-se-que"

Ajá, y se murió.

"ay chinga tu madre"

La tuya en vinagre, ya me cago el palo el pinche cuentito. Voy a contarles otra cosa...

"No wey, el del Cacas estaba chido..."

Ni madres, era una pendejadota.

"Vete a la 'verch' pues..."

Sobres, ya no les cuento nada.

martes, enero 17, 2006

Persecución

Pasos en agua. Esta lloviendo. Stap. Stap. Stap. Imagen borrosa. Pierdes el equilibrio. Mucho alcohol. No debiste. Lo sabes. Lo lamentas.
La calle vacía. Stap. Stap. Stap. Neblina. Se detiene la lluvia. Sigues caminando. ¿A dónde vas?. Realmente no importa. ¿De donde vienes?. ¿Será esa la pregunta?.
Vuelta en un callejón. Mirada hacia atrás. Continuas. Gato negro. Ladrido a lo lejos. Una patrulla. ¿Vienen por ti?. No lo recuerdas. Continuas. Basura. Ratas. Te detienes. Algo detrás. Una sombra. Un objeto. ¿Imaginación?. ¿A que le temes?.
Continuas. Paso acelerado. Stap-stap-stap. Nerviosismo. Alguien detrás. ¿Quién será?. Continuas. Frió. Mareo. Miedo. Flam. Flam. Gabardinas. Hay alguien detrás. Continuas. Casi corriendo. Cancel con púas. No lo piensas. Salto. Herida. Continuas.
Voces. Te llaman. No escuchas. Continuas. Corres. Pasos detrás. Están cerca. Continuas. No resistes. Vomitas. Lagrimas. Te limpias. Continuas.
Algo pesado. Tu gabardina. Colt. 15 balas. ¿Es tuya?. Pánico. Huida. Corres. Corres. Corres. Cansancio. Dificultad al respirar. Continuas. BANG. Disparo. ¿Te dieron?. Continuas. Grito. ¿Es ese tu nombre?. Continuas. BANG. Corres. Corres. Llanto. Pavor. Continuas.
Un perro. Gruñido. Ladrido. ¿Qué hacer?. Ladrido. Ladrido. Te siguen. Ladrido. Apúrate. Ladrido. Disparos. Ladrido. Haz algo. Ladrido. Te siguen. Ladrido. Se acercan. Ladrido. Te siguen. Ladrido. Muy cerca. Ladrido. BANG. Corres. Continuas.
Vuelta. Continuas. Vuelta. Corres. Corres. Obstáculo. Saltas. Vuelta. Continuas. Miras. Te siguen. 2. 3. Incierto. Continuas. Cansancio. ¿Por qué te siguen?. ¿Qué hiciste?. Recuerda. Recuerda. Recuerda. Nada. Continuas.
Alguien de frente. Apunta. Pánico. Disparas. Muerto. Corres. Continuas. BANG. BANG. Corres. Tropiezas. De bruces. Patada. Sofocación. Patada. Pierdes arma. Patada. Patada. Voces. No entiendes. Balbuceo. Gritos. Pánico. Llanto. Patada. Te levantan. Grito. Llanto. Golpe. Grito. Llanto. Otro golpe. Preguntas. No hay respuesta. Grito. Golpe. Grito. Golpe. Gabardina. Papeles. ¿Qué escondes?. Arrebatan. Goteo. Golpe. Llanto. Llanto.
Papeles. Mirada. Papeles. Mirada. Golpe. Beso. Inmóvil. Mareo. Llanto. Te tocan. Desvisten. Pechos. Brusquedad. Beso. Mordidas. Llanto. Suplica. Confusión. Llanto. Arrastrada. Oscuro. No ves. Te tocan. Llanto. Falda. Mano. Te tocan. Llanto. Dolor de hombros. Aprietan la llave. Dolor. Risas. Llanto.
Te tocan. Pierna. Bragas. Te tocan. Risas. Jadeo. Lujuria. Llanto. Desesperación. Cierre. ZIP. Pánico. Lo sientes. Grito. Tapan. Penetración. Risas. Jadeos. Llanto. Golpes. Mordiscos. Llanto. Eyaculación. Beso. Llanto. Su Turno. Grito. Tapan. Llanto. Se repite. Llanto.
Desnuda. Golpeada. Llanto. Suelo. Risas. Burlas. Llanto. Los miras. ¿Quiénes son?. Llanto. Grito. Patada. Dolor. Ardor de entrepierna. Humillación. Dolor. Llanto. Grito. Patada. Gateas. Grito. Continuas. Gateas. Grito. Continuas. Apuntan. Continuas. Preparan. Continuas. Gateas. Continuas. Gateas. Continuas. Gateas. Continuas. Gateas.
BANG. Sangras. Grito. BANG. Dolor. Grito. BANG. BANG. BANG. Frío. No hay dolor. Llanto. Frío. Frío. Frío. BANG. Mueres.

domingo, enero 15, 2006

El viejo camino

Era el viejo camino que ya nadie usaba, aquel que llevaba a la vieja represa que se secó hace algunos años. Ahora sin propósito, se deterioraba lentamente, llenándose de pequeñas hierbitas día con día, rodeado por un ambiente semi-desértico.
En sus épocas gloriosas, no había día que no hubiera gente pasando. Los caballos de mercaderes, arrastrando las carretas con barriles llenos de agua, los niños felices, listos para ensuciarse, para trepar los verdes y frondosos árboles que crecían a los lados del popular sendero, los viajeros, misteriosos forasteros de procedencia desconocida y destino aun mas ignoto. Pajarillos, risas infantiles, clip-clop de las pezuñas, eran los sonidos que llenaban el alegre ambiente de esta conocida senda. Fue durante la guerra de bronce, que el sonido que invadía el paradisíaco entorno, eran las pezuñas de los corceles, cargando a sus metálicos jinetes, galantes caballeros, listos para adentrarse en la batalla, todo por el honor del Rey. La noble y valiente milicia los seguían, de pie, armados hasta los dientes, jalando las catapultas, cargando la comida.
Pero ya nada transitaba por esa vieja vereda empedrada. Sólo un que otro niño travieso, que a pesar de las advertencias de su madre, recorría temeroso el seco trecho en busca de aventura. Algún mercenario, en busca de alguien que necesitara su servicio, de trabajo en trabajo. Uno que otro vagabundo, escapando a una vida pasada, sin un futuro asegurado, silbando alegremente una canción que aprendió hace mucho tiempo, de cuya letra ya no se acuerda y que le trae memorias de tiempos felices, tiempos en los que jamás creyó que terminaría escapando de una engañosa vida, que terminaría en catástrofe. Jóvenes fugitivos, en busca de una vida mejor, con hambre y frío, pero aún así con esperanzas de felicidad, llenos de sueños de gloria, de hambre de vida, de sed de conocimiento, y con inocencia y bondad de sobra.
Era el viejo camino que ya nadie usaba, aquel que llevaba a la vieja represa que se secó hace algunos años. Que ahora sin propósito, se deterioraba lentamente, llenándose de pequeñas hierbitas día con día, rodeado por un ambiente semi-desértico. Si, ese viejo camino.

sábado, enero 14, 2006

PARTE I

Bueno, a ver... Esta es la historia de un pirata al que le decían "el Cacas", ¿por qué le decían así? no tengo ni idea, pero al güey le decían "el Cacas".
'Tons, el pinchi "Cacas" andaba ahí... y... ¿qué?
¡Ah si! El Cacas tenía un contramaestre que se llamaba José, al cual le decían Marianita... no se por qué, el güey no era marica ni afeminado ni nada d'eso, pero así le decían.
'Pos el chinche "Cacas" quería convertirse en el más grande pirata de la historia, pero no mames, el güey tenia un corbeta ¡madreadisisimo!, sólo tenia 4 cañones y no tenia balas el muy pendejo. Su tripulación estaba toda escorbutienta, y se cagaban de hambre puesto que venían de Europa y la cagaron con eso de las provisiones. Le andaba yendo de la chingada al Cacas... Así que andaba planeando irse al puerto de San Juan a esperar un galeón o un pedo d'esos pa’ chingarselo.
Estaban en Santiago, así que no les faltaba, así que digas "un chingo", no.

"Neh, ¿Cuál Santiago, güey?"

De Cuba, pendejo.

"¿Apoco hay un Santiago de Cuba?"

Si.

"Nel pendejo, es de Chile. Santiago de Chile... ¿no?"

No, hay un Santiago en Chile y otro en Cuba, o por lo menos en esa época había un 'che Santiago de Cuba. Ultimadamente, es mi pinche historia, y si se me hincha, hay una pinche ciudad "Juan Manuel" en Jamaica, ¿Cómo la vez?

"Si hombre, ya síguele pues"

Bueno... ¿'on'taba?

"El pinche Cacas andaba en Santiago y quería ir a Costa Rica o algo así..."

¡Ah ya! Costa Rica... ¡Puerto Rico, pendejo!

"Si hombre, ya dale"

Tons el Cacas se gasto casi todo su presupuesto en comprar comida y chupe pa’ la semana de viaje hasta Puerto Rico. Y ahí iban...

miércoles, enero 11, 2006

El puerto de Corderos

En aquella ciudad, había un puerto muy importante, el Puerto de Corderos. Hacia casi 76 años que había sido construido en piedra sólida. Es entre Abril y Mayo, que los grandes galeones del sur se detienen de sus rutas comerciales en el prospero y rico puerto, adornando con su inmensidad el piélago que se perdía entre las nubes. Los navíos más grandes del mundo. Cada uno posee más de 25 cañones por banda, su altura llegaba a ser de casi 20 metros de alto y pasaban de los 40 de largo. Su imponente presencia hacia a la gente salir y admirarlos, y gracias a sus enormes tripulaciones, el comercio en la villa aumentaba increíblemente.
Esas poderosas boyas de hierro habían mantenido muchos famosos navíos, como el "Tormenta Nocturna", del infame pirata "el Tuerto" Jones, o la "Galera Real", un barco legendario, del héroe soldado Alvar Escudero.
El bello empedrado que adornaba el paseo del muelle era un imán para las parejas jóvenes, por su romántica vista al atardecer.
En épocas de carnaval se llenaba de luces y colores, donde vendían golosinas y había muchos concursos y bailes.
Todas las mañanas, si se llega temprano, es posible ver a los dedicados pescadores, que se lanzan al mar a cumplir con su trabajo, y también es posible ver al viejo Díaz, melancólicamente mirando el mar, acariciando una foto mientras murmura... y regresando al la ciudad, perdiéndose en sus calles, hasta que se le pierde el rastro... Pues el puerto se empezaba a llenar de personas... Ya que en aquella ciudad, había un puerto muy importante, el Puerto de Corderos.
Sí, ese puerto.

martes, enero 10, 2006

El conejo y la espada

Iba el conejito saltando por el bosque. Y de pronto, se encontró una espada. El resplandor ocasionado por el reflejo del sol en ella, atrajo al intrigado conejito. Paso a paso se fue acercando, hasta que por fin se paró junto a ella. El espíritu guerrero de la espada envolvió al conejito, y este, ahora en un maniaco trance, tomó la decisión de nunca volver a abandonar a su hermoso y brillante tesoro.
Esa noche el conejito durmió junto a la espada.
Al despertarse, la miró de nuevo, y con frenética obsesión decidió tocarla. Sintiendo primero la tosca empuñadura, el frió del metal provoco escalofríos al conejito. Pero conforme su patita se movía hacia arriba, el sensual deleite al que sometía a su tacto, le obligó a lamer la espada. Al llegar a la cuchilla, era su cuerpo el que en espasmos se rozaba con el arma.
El conejito se tiró exhausto en la hierba. Sus dientes chasqueaban de frío y su respirar era pesado y moribundo. Una lechuza que se encontraba cerca, al oler la pestilente agonía del conejito, veloz cual saeta le prensó con sus filosas garras y se lo llevó para destazarle y comérselo después.
La espada, saciada después de arrebatarle la vida al conejito, se quedo ahí en fría soledad, brillando hermosamente en medio del bosque, esperando a que le diera hambre de nuevo.